24 de octubre de 2006

¿Dónde Colocamos nuestro dinero?

Se acerca el final del año y muchos, quizás los menos organizados, revisamos nuestra situación económica personal, el historial de ingresos y gastos y los excedentes generados.
La economía doméstica, como la economía de empresa, requiere planificación, estrategia, seguimiento y control.
¿Quién de nosotros se ha hecho una excel documentando ingresos y gastos?¿Quién de nosotros planifica los gastos a realizar y los periodifica en función de los ritmos de ingresos y la previsión de tesorería de los próximos meses?
Para los asalariados quizás es más fácil gestionar los flujos de caja: ingresos periódicos constantes + dos pagas. Las pagas suelen estar comprometidas con las vacaciones, reformas en casa, etc.
Los profesionales o empresarios lo tenemos un poco más difícil. Los ingresos no son constantes, combinando periodos de abundancia y de sequía. Los que trabajan con la administración, peor, los pagos pueden llegar a dilatarse por encima del año. El ingreso puede ser seguro, pero el cobro no puede planificarse.
Bueno, restamos gastos a los ingresos, vemos cómo se periodifican cobros y pagos y ya tenemos el excedente generado en el último periodo. Por supuesto, el listado de necesidades y caprichos a los que se puede dedicar ese excedente lo tenemos listo desde hace ya bastante tiempo.
Llegado el momento, debemos estructurar la estrategia de inversión. Una parte debe dedicarse a caprichos, pues los caprichos forman parte de la recompensa que con el disfrute (si es un bien) o el recuerdo (si es una experiencia o servicio) nos motiva a redoblar esfuerzos en el futuro.
La siguiente porción del excedente debe dedicarse al ahorro o a la inversión segura, de forma que vayamos haciendo hucha para grandes inversiones o negocios en el futuro. Esta inversión debe ser segura.
La última porción debe dedicarse a los negocios. En este caso, debemos asumir de inicio la posibilidad de la pérdida de la inversión en el peor de los casos, la recuperación de la misma en circunstancias normales y, por supuesto, los altos rendimientos de un negocio exitoso. Cuanto menos dediquemos al capricho, más podremos dedicar al negocio. El ahorro debe dejarse siempre lo más estable posible.
Por supuesto, junto con la inversión dineraria, los negocios requerirán tiempo y dedicación. ¿De cuánto tiempo disponemos? ¿Cuánto tiempo podemos disponer para la ejecución del negocio? Todo ello deberemos tenerlo en cuenta.
En cualquier caso, deben definirse objetivos y límites.
A modo de ejercicio, os propondría lo siguiente (yo a título personal ya lo estoy haciendo):
¿Qué negocios puedo emprender, a título personal y en el ámbito local, con una inversión inicial de entre 3.000 euros y 10.000 euros que me permita recuperar la inversión en menos de un año y que me genere rendimientos cercanos al 100% anual?
Puede parecer ambicioso. Sin embargo, existen este tipo de negocios.

Mis gastos de mantenimiento, el ahorro y los caprichos están prácticamente definidos. Ahora sólo me queda conseguir ese pequeño negocio. Os animo a todos a hacer lo mismo.

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