24 de septiembre de 2006

Madrid, "Country of Angels"

32709953Pedro Trucharte, compañero de pupitre de la primera promoción de la Escuela de Business Angels del Instituto de Empresa, ha sido nombrado recientemente director general de la Business Angels Network de la Fundacion madri+d para el Conocimiento, la BAN madri+d. Desde aquí quiero aprovechar para darle la enhorabuena por su nombramiento, que considero afortunado para la institución que dirige así como para todos aquellos que de una u otra forma - como emprendedores o como inversores - se relacionen con ella.

Estas últimas semanas hemos intercambiado algunos correos, que hemos aprovechado para ponernos al día y también, por qué no, para filosofar un poco alrededor de la figura del Business Angel, así como de las redes en las que se organizan. Para mí, este tipo de organizaciones resultan fascinantes, porque las veo algo así como "Entrepreneurship meets Social Networks", la oportunidad de estudiar simultáneamente dos fenómenos que me interesan desde hace años.

Pedro está dedicando gran parte de su tiempo a impulsar el crecimiento de su organización. Dándole vueltas a este punto, pero sin realizar ningún análisis serio, recordé algunas de las estrategias - no sé si denominarlas "trucos" - que he empleado estos últimos años para conseguir ese objetivo en asociaciones profesionales o empresariales. Por ejemplo, establecer alianzas con organizaciones afines para otorgar una especie de 'doble nacionalidad' a los asociados de una u otra. Una firma en un papel duplica el tamaño de tu red en un instante! Truquillos, ya sabéis.

El problema con esta estrategia está en que no todas las asociaciones de Business Angels en nuestro país funcionan de la misma manera. Por ejemplo, algunas de ellas, como la prestigiosa red de inversores coordinada por Nieves Martínez bajo el paraguas del IESE, obliga a los interesados en unirse a la red a desembolsar unos cientos de euros al año. La adhesión a la BAN madri+d, sin embargo, no supone ningún desembolso para el inversor. Este diferente planteamiento de partida, me dice Pedro, podría crear dificultades a la hora de cooperar entre redes. ¿Qué opináis?

Supongo que la pregunta que se hace Pedro, como nos hemos hecho todos alguna vez, es qué incentivos podemos ofrecer a unas personas para que se sumen a un proyecto como este. Con mis clientes de "comunidades" cito a menudo mi propia experiencia como tutor de creación de empresas en el Instituto de Empresa. Los motivos por los que participa cada uno de los tutores en la comunidad son personales, pero en términos generales los resumiría como sigue, sin seguir ningún orden en particular:

- para mantener un vínculo con la Institución [sensación de pertenencia];
- por el prestigio que conlleva el 'estatus' de tutor en determinados círculos [
reputación];
- para devolver parte de lo que nosotros mismos hemos recibido [
altruismo, sí];
- como un medio para hacer crecer nuestra red de contactos [
relaciones, no sólo profesionales];
- para seguir aprendiendo, tanto de nuestros tutorandos como de nuestros colegas [
conocimiento], y
- por la oportunidad de entrar en proyectos emprendedores de gran calidad [
lucro, claro].

Aunque la comunidad de tutores no es una red de inversores - todavía -, creo que en estas líneas se pueden encontrar pistas con las que diseñar la "oferta" de BAN madri+d a los potenciales inversores. Las redes de inversores que conozco son sólo eso, "redes", pero rara vez son "COMUNIDADES", no como la comunidad de tutores, que efectivamente lo es, porque se dan en ella muchas de las características propias de estas agrupaciones humanas - identidad de grupo, visión / propósito compartido, reciprocidad, papel crítico de reputación en las dinámicas interpersonales, etc. Ni siquiera la red de inversores del IESE - por lo poco que sé - se puede considerar realmente una comunidad, puesto que las relaciones entre sus miembros son menos importantes que la que se establece entre cada uno de estos con la escuela. Tal vez en el "crear comunidad" encuentre Pedro un punto de apoyo para diferenciar su proyecto, haciéndolo más atractivo para los inversores.

Para terminar otro post demasiado largo - me va a reñir Brito -, es interesante plantearse una visión de conjunto, con representación de todas las partes interesadas, antes de iniciar cualquier acción. Adoptando una perspectiva sistémica, observaremos inmediatamente la aparición de bucles de realimentación del tipo "más inversores atraen a más emprendedores que, a su vez, atraen a más inversores, etc..." o "más emprendedores avalados por AvalMadrid disminuyen la percepción del riesgo de inversores, animando a más inversores a invertir, lo que atrae a su vez a más emprendedores, etc...". El estudio cuidadoso de las relaciones entre todas las partes proporcionará sin duda valiosas pistas para la gestión del crecimiento de la BAN madri+d, convirtiendo Madrid en una comunidad de "ángeles".

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