13 de marzo de 2006

Inversión en empresas: notas

Estaba escribiendo un comentario a la entrada de Seidenbaum Inversión en empresas: Ejemplo II, pero al final he pensado que era mejor escribir una entrada.

Supongo que muchos pensaréis que si tuvierais ahorrados 30.000 ó 40.000 euros no estaríais leyendo esto. ¡Gran error! Lo que le hace a uno rico no es el dinero que tiene en el banco, si no su patrón de gasto. Hay gente con mucho patrimonio, pero que necesita desesperadamente su nómina a fin de mes para mantenerlo.

Por otro lado, aunque no lo sepáis, muchos tenéis más que eso disponible para invertir. Si encontráis una inversión que realmente merece la pena, podéis negociar una ampliación de la hipoteca sobre vuestra casa para entrar en ella.

¿Os parece una locura? Entonces espero que no seáis de los que tenéis comprada la televisión de plasma de 42" a plazos. ¡Eso si que es una locura!

Kiyosaki dice que existen dos tipos de deuda, la buena y la mala. La mala es la más frecuente, es la deuda en que se incurre para comprar caprichos: mejor coche, televisor más grande, abrigo de piel, vacaciones exóticas... La buena, es la deuda para comprar activos que generan ingresos pasivos.

Por supuesto, no toda inversión justifica endeudarse, y siempre hay que ser prudentes con nuestro el nivel de endeudamiento. Si encuentras un buena oportunidad pero demasiado grande para ti, busca a alguien que pueda estar interesado y que se la pueda permitir. Seguro que salís los dos ganando.

Volviendo a la recomendación de Seidenbaum de comprar una empresa, tened muy claro que es muy posible pero en absoluto trivial. Hay que tener en cuenta los aspectos legales del contrato de compra de acciones, los derechos y las obligaciones asumidos, el reparto de beneficios acordado, la tributación de los mismos y, por supuesto, analizar a fondo la actividad, el sector, la competencia y los balances de la empresa, entre otras muchas cosas.

Eso sin contar con que si tenéis idea de pasar gastos personales a esa empresa -algo ilegal- más os vale saber muy bien lo que hacéis. Por ejemplo, es poco probable que Hacienda os permita cargar los gastos de un coche a un kiosco de prensa.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la opción más inteligente si pensáis meteros en este mundo es empezar por formaros en temas empresariales -contabilidad, fiscalidad y derecho societario- y rodearos de buenos profesionales que os asesoren. Os ayudarán a evitar malas operaciones y a mejorar aún más las buenas. Un buen profesional, aun siendo caro sale barato.

¿Te parece todo esto muy complicado? Recuerda que de lo que estamos hablando aquí es de tu independencia financiera, nadie ha dicho que sea fácil, va a requerir mucho tiempo y esfuerzo, pero el premio compensa con creces.

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